Impugna la vida trasciende
alocada, cautelosa de incertidumbre...
¿Qué nos queda entonces?
la ceniza que no se apaga,
el peldaño que no llega,
la brisa de un beso que pasa,
despacio, descalzo,
en el abismo de la locura,
del ritmo de la vida,
que acelera los sentidos,
amasa amargura, tristeza,
que contradicen la existencia
de las verdades,
la mentira gana otra vez,
con apariencia la gente la quiere,
la idolatra, la adora.
¿Qué nos queda entonces?
un sustrato de diligencias penales,
cosechando infamias,
despotricando, culminando,
en la vergüenza del ser humano,
donde mendigamos
los mendrugos de pan duro,
que la sociedad nos prolifera
hacia una destrucción máxima.
¿Qué nos queda entonces?
La Nada...
© 2019 Rosana Martí ®
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