Bienvenid@, tu presencia ilumina este rincón de letras, y agradezco cada momento que elijas pasar conmigo un lindo encuentro....

lunes, 18 de marzo de 2013

Deambular por la Vida






Híbrido camino de mis pisadas
forjadas en el barro,
de huellas que no cesan
en tu piel de piedras,
dura es la marcha por la vida,
sin pretensión, ni arrogancia,
copla de vino y guitarra,
de sabor a vinagre añejo,
con despojo híbrida es la fuerza
de la razón que sigue creciendo
tan dentro de mí,
luchando por sobrevivir
del lado oscuro que persigue,
e intenta asfixiar mi aliento,
para hacerse fuerte en la batalla
que aún no teniendo ganada
la da por vencida.






© 2013 Rosana Martí
(Todos los derechos reservados)



martes, 12 de marzo de 2013

Poemas Manuel Moya






Manuel Moya Escobar, natural de Fuenteheridos-Huelva, donde reside en la actualidad. Poeta, critico literario, narrador, traductor, editor, además de promotor cultural. Estudió filología hispánica en la Universidad de Sevilla. Ha publicado una docena de libros de poesía con los que ha obtenido premios de relieve como Ciudad de Córdoba (1997), Ciudad de Las Palmas (2001), Leonor (2001) o más recientemente el Fray Luis de León (2010), Apuntes del Natural (2013) ha ganado el certamen de la tercera edición del Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado. Como prosista ha editado un libro de cuentos, La sombra del caimán 2006, las novelas; La mano en el fuego 2006, La tierra negra 2009, Majarón 2009, y Las cenizas de abril 2011, relacionada con la reciente historia portuguesa (lengua a la que ha sido traducida), con la que obtuvo el premio Fernando Quiñones de novela. En poesía ha publicado; La noche extranjera 1994, Las horas expropiadas 1995, Las islas sumergidas 1997, La posesión del humo (bajo el seudónimo de Violeta C. Rangel) 1997, Memorias del desierto 1998, Habitación con islas (antología poética 1984-1998), Lección de sombras 1999, Taller de máscaras 2002, Cosecha roja (poemas de Violeta C. Rangel), Habitation avec les iles 2007, Quarto com islas 2008, De puertos y fronteras 2011, Isla de sutura 2011, entre otros. Su nombre aparece en más de una treintena de antologías poéticas y en una decena de narrativas, editadas tanto en España como en el extranjero.





POEMAS




LLUVIA

Tienen sed los campos. 
Ha llovido poco últimamente.
Pasaron las tormentas que no dejaron nada.
Sacaron a los ídolos y no vino la lluvia.
La lluvia viene cuando quiere. No tiene su sazón
hora fijada. Mucha o poca, 
la lluvia jamás mide
cuanto otorga, ni prevé 
dónde será bien recibida.
Llueve con simpleza, simplemente.
Se deja llover por puro gusto.
No castiga la lluvia, no condena. 
Jamás la lluvia aplaude, 
jamás se afirma en nada.
Es un don la lluvia, y no lo sabe.




NO LOS HOMBRES

No los hombres 
que vuelven de Hispanía o de Cartágo
cegados por el mirto o por el oro,
no aquéllos, cuyos torsos 
perturban los jardines,
no los estrelleros, los escribas
ni el vencedor de Farsalia;
desde luego no los príncipes 
ni el gladiador 
que volvió a eludir la muerte, 
no el impúdico tribuno, ni el hebreo 
tonante, inexpresivo,
al que temí menos por su sangre 
que por su misterio,
no ninguno de los dioses 
que dicen verdaderos
a quienes en su temor y en su codicia
tantos se encomiendan,
sino ver a mi padre 
entrando solo en la ciudad
herido y sin escudo, 
deslumbrante.


 (A mi padre, a quien tanto esperaba cada tarde de mi infancia.)





SALARIO

A cada hombre su luna y su salario, 
su tanto de sal, su pobre mano
abrasada y hueca. Yo fui
con esos hombres y como uno de ellos
he vuelto a casa con la luna en los ojos.
Como cualquiera de ellos
he visto sucederse la lluvia en los plantíos 
y el sol en los 
últimos jaguarzos de la tarde, 
cuando es la luna todavía un ojo helado. 
Cada hombre tiene su luna y su prodigio,
su tormenta y su hora de estar viendo llover
impasible a la lluvia. Yo vi a los hombres,
a muchos de esos hombres llegar ante mi puerta,
llamarme por mi nombre y pues he sido
uno de esos hombres, y con ellos
dormido en el barbecho
y grabado en este tronco mi memoria
y su sazón, me vuelvo ahora, 
aterido y débil en pos de mi salario. 






SOBRE LOS PIRATAS QUE SE LANZAN 
A LAS AVENTURAS DE LAS ISLAS

Habitan en mi agenda piratas misteriosos,
a veces me llaman o les llamo, son cordiales,
parecen divertirse con mis cosas
y envían largas cartas que obligo a descifrar 
a mi señora. Por ella sé que son piratas 
que buscan un tesoro (el que yo busco),
que esperan que yo les dé una pista, 
cualquier pista, las mismas que entre líneas 
les imploro. 



Blog del poeta Manuel Moya: http://laisladelased.blogspot.com.es/



sábado, 9 de marzo de 2013

La Niña por Nicolás Gutiérrez






La niña ha muerto…
murió llena de inocencia y su infancia a su lado…
en manos de un asesino cruel,  y despiadado…
no puedo tranquilo estar…
la imagen de la niña en mi mente vino a habitar…
atormentando mi descanso día a día…
pudiendo ver su padecimiento y su agonía…

la niña ha  muerto…
y en su casa solo hay silencio y dolor…
es como la morada de un cuento lleno de tristeza y horror….
Quiero encontrar la armonía quiero encontrar la calma…
Voy a salir por las noches en busca de su alma…

La niña ha muerto…
Una parte de mi se fue con ella…
Mi vida se apaga…
Como carbón en fogata como tormenta con escasas centellas…
Su espíritu recorrerá los cielos buscando la paz…
Le pediré tres deseos a aquella estrella fugaz…

La niña ha muerto…
Minutos antes de morir a su madre le dijo un te quiero…
Y ahora sus palabras caen en lágrimas en su triste entierro…
Jesús murió por nuestro pecados…
Pero olvido la presencia de lo oscuro, de lo malvado..
Y el diablo envió como respuesta aquel irónico recado…

La niña ha muerto…
Su alegría era mi alegría…
Su sonrisa era mi sonrisa…
Murió escupiendo sangre…
Murió muy joven…murió muy deprisa…
El silencio gobernara mis mañanas
Ya no volveré a ver su sonrisa al amanecer…
Mostrándome la realidad y el recuerdo de su horrible padecer…

La niña ha muerto…
Recorrerá con su pequeño bote aquellos lejanos puertos…
Dejando en nuestro oscuro e incierto mundo…
Un triste final abierto…



© 2013 Nicolás Gutiérrez
(Todos los derechos reservados)







sábado, 2 de marzo de 2013

Renacer





 Sus ojos miraban a través de los cristales a un vacío casi perpetuo en el silencio más absoluto, pensó; que corta es la vida cuando eres feliz y que larga cuando el sufrir se apodera de tu vida. La espera también traiciona a unos brazos que ya tardan en llegar, y en la agonía de lo absurdo del momento, unas tímidas lágrimas hacen su aparición que quita con desesperación de la faz de su cara. No se queja de nada tan sólo de la injusticia más vil que el ser humano atroz haya cometido jamás.
El tiempo pasó volando aunque en ella se paro un poco más de lo esperado, y por fin vislumbro desde su inocente mirada un ser maravilloso, lleno de luz y esperanza. -¿dónde estoy?  Pregunto  ¿y por qué estoy aquí? Alguien acabó con tu vida sin más, no por nada en especial sino has sido una víctima casual . Ella palideció, y sacando fuerzas de la nada dijo a la desesperada; no puedo morir ahora tengo un hijo de 2 años que sacar adelante, no quiero dejarlo sólo a su suerte, pues no tiene a nadie más que a mí . Algo pensativo se quedó aquel ser divino y después de repente se marchó, despareció a lo lejos dejando un punto, nada más.
En su confusión escuchó unas voces que la sacaron del letargo obligado del momento,
-casi se nos va ha perdido mucha sangre-, pero ha tenido suerte la bala no ha tocado ningún órgano vital, es una mujer afortunada. Ha vuelto a nacer, ha luchado con la muerte y a ganado la partida. En ese instante un haz de luz cruzó por su mirada, ella agradecida tan sólo pudo sonreír.


 






© 2013 Rosana Martí
(Todos los derechos reservados)



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