Bienvenid@, tu presencia ilumina este rincón de letras, y agradezco cada momento que elijas pasar conmigo un lindo encuentro....

miércoles, 30 de junio de 2010

Poemas Luis de Góngora




Luis de Góngora y Argote, nació en 11 de Julio del 1561 en Córdoba (España), poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro. A los 15 años estudio en Salamanca derecho, pero le interesaba más su afición por la escritura. Ya hablaba de él Cervantes cuando contaba 24 años. Es el poeta de más definida personalidad que se halla en el parnaso castellano. Sus primeras composiciones, si bien acusan suma delicadeza y facultades nada vulgares, no dejan de ser ni más ni menos que las que otros ingenios habían ya dado a conocer, y están cortadas por el mismo patrón que tantas otras. En 1609 regresó a Córdoba y empezó a intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances, letrillas, etc. Este período duró hasta el año 1610, en que cambió rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, etc. pero Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en su primera época y que la segunda es solamente una intensificación de estos recursos realizada por motivos estéticos. Aunque Góngora no publicó sus obras (un intento suyo en 1623 no fructificó), éstas pasaron de mano en mano en copias manuscritas que se coleccionaron y recopilaron en cancioneros, romanceros y antologías publicados con su permiso o sin él. El manuscrito más autorizado es el llamado Manuscrito Chacón (copiado por Antonio Chacón, Señor de Polvoranca, para el Conde-Duque de Olivares), ya que contiene aclaraciones del propio Góngora y la cronología de cada poema; pero este manuscrito, habida cuenta del alto personaje al que va destinado, prescinde de las obras satíricas y vulgares. Aunque en sus obras iniciales ya encontramos el típico conceptismo del barroco, Góngora, cuyo talante era el de un esteta descontentadizo («el mayor fiscal de mis obras soy yo», solía decir), quedó inconforme y decidió intentar según sus propias palabras «hacer algo no para muchos» e intensificar aún más la retórica y la imitación de la poesía latina clásica introduciendo numerosos cultismo y una sintaxis basada en el hipérbaton y en la simetría; igualmente estuvo muy atento a la sonoridad del verso, que cuidaba como un auténtico músico de la palabra; era un gran pintor de los oídos y llenaba epicúreamente sus versos de matices sensoriales de color, sonido y tacto. Los poemas de Góngora merecieron los honores de ser comentados poco después de su muerte como clásicos contemporáneos. Fue un referente para los escritores que vinieron tras sus pasos. Muere en su tierra natal el 23 de mayo del 1627.










SONETOS







A CÓRDOBA



¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!
¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre gloriosa patria mía,
Tanto por plumas cuanto por espadas!
Si entre aquellas ruinas y despojos
Que enriquece Genil y Dauro baña
Tu memoria no fue alimento mío,
Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!






EN LA CAPILLA ESTOY…



En la capilla estoy, y condenado
A partir sin remedio desta vida;
Siento la causa aun más que la partida,
Por hambre expulso como sitiado.
Culpa sin duda es ser desdichado;
Mayor, de condición ser encogida.
De ellas me acuso en esta despedida,
Y partiré a lo menos confesado.
Examine mi suerte el hierro agudo,
Que a pesar de sus filos me prometo
Alta piedad de vuestra excelsa mano.
Ya que el encogimiento ha sido mudo,
Los números, Señor, deste soneto
Lenguas sean y lágrimas no en vano.






A DON FRANCISCO DE QUEVEDO



Anacreonte español,
no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
que al de Belerofonte cada día
sobre zuecos de cómica poesía
se calza espuelas y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros anteojos
dicen que quieren traducir al griego,
no habiéndolos mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
porque a luz saque ciertos versos flojos,
y entenderéis cualquier gregüesco luego.





MIENTRAS POR COMPETIR…



Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lirio bello;
mientras a cada labio, por cogerlo,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
de el luciente cristal tu gentil cuello;
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lirio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.




URNAS PLEBEYAS


Penetrad sin temor, memorias mías,
Por donde ya el verdugo de los días
Con igual pie dio pasos desiguales.
Revolved tantas señas de mortales,
Desnudos huesos y cenizas frías,
A pesar de las vanas, si no pías,
Caras preservaciones orientales.
Bajad luego al abismo, en cuyos senos
Blasfeman almas, y en su prisión fuerte
Hierros se escuchan siempre, y llanto eterno,
Si queréis, oh memorias, por lo menos
Con la muerte libraros de la muerte,
Y el infierno vencer con el infierno.





EN EL SEPULCRO DE GARCILASO DE LA VEGA



Piadoso hoy celo, culto
cincel hecho de artífice elegante,
de mármol espirante
un generoso anima y otro bulto,
aquí donde entre jaspes y entre oro
tálamo es mudo, túmulo canoro.
Aquí donde coloca
justo afecto en aguja no eminente,
sino en urna decente,
esplendor mucho, si ceniza poca,
bien que, milagros despreciando egipcios,
pira es suya este monte de edificio.
Si tu paso no enfrena
tan bella en mármol copia,
oh caminante,esa es la ya sonante
trémula de las trompas, ruda avena,
a quien del Tajo deben hoy las flores
el dulce lamentar de dos pastores;
este el corvo instrumento
que al Albano cantó segundo Marte,
de sublime ya partependiente,
cuando no pulsarlo al viento,
solicitarlo oyó silva confusa,
ya a docta sombra, ya a invisible musa.
Vestido, pues, el pecho
túnica Apolo de diamante gruesa,
parte la dura huesa
con la que en dulce lazo el blanco lecho.
Si otra inscripción deseas, vete cedo:
lámina es cualquier piedra de Toledo.






LETRILLAS SATÍRICAS


1


Que pida a un galán Minguilla
cinco puntos de jervilla,
bien puede ser;
mas que calzando diez Menga,
quiera que justo le venga,
no puede ser.



2

Que se case un don Pelote
con una dama sin dote,
bien puede ser;
mas que no dé algunos días
por un pan las damerías,
no puede ser.



3


Que la viuda en el sermón
dé mil suspiros sin son,
bien puede ser:
mas que no los dé,
a mi cuenta,
porque sepan dó se sienta,
no puede ser.



4


Que esté la bella casada
bien vestida y mal celada,
bien puede ser;
mas que el bueno del marido
no sepa quién dio el vestido,
no puede ser.




5

Que anochezca cano el viejo,
y que amanezca bermejo,
bien puede ser;
mas que a creer nos estreche
que es milagro y no escabeche,
no puede ser.


6


Que se precie un don Pelón
que se comió un perdigón,
bien puede ser;
mas que la biznaga honrada
no diga que fue ensalada,
no puede ser.


7


Que olvide a la hija el padre
de buscalle quien le cuadre,
bien puede ser;
mas que se pase el invierno
sin que ella le busque yerno,
no puede ser.


8

Que la del color quebrado
culpe al barro colorado
bien puede ser;
mas que no entendamos todos
que aquestos barros son lodos,
no puede ser.


9

Que por parir mil loquillas
enciendan mil candelillas,
bien puede ser;mas que,
público o secreto,
no haga algún cirio efecto,
no puede ser.


10


Que sea el otro Letrado
por Salamanca aprobado,
bien puede ser;
mas que traiga buenos guantes
sin que acudan pleiteantes,
no puede ser.


11

Que sea Médico más grave
quien más aforismos sabe,
bien puede ser;
mas que no sea más experto
el que más hubiere muerto,
no puede ser.


12


Que acuda a tiempo un galán
con un dicho y un refrán,
bien puede ser;
mas que entendamos por eso
que en Floresta no está impreso,
no puede ser.


13

Que oiga Menga una canción
con piedad y atención,
bien puede ser;
mas que no sea más piadosa
a dos escudos en prosa,
no puede ser.


14


Que sea el Padre Presentado
predicador afamado,
bien puede ser;
mas que muchos puntos buenos
no sean estudios ajenos,
no puede ser.


15

Que una guitarrilla pueda
mucho, después de la queda,
bien puede ser;
mas que no sea necedad
despertar la vecindad,
no puede ser.


16


Que el mochilero o soldado
deje su tercio embarcado,
bien puede ser;
mas que le crean de la guerra
porque entró roto en su tierra,
no puede ser.


17


Que se emplee el que es discreto
en hacer un buen soneto,
bien puede ser;
mas que un menguado no sea
el que en hacer dos se emplea,
no puede ser.


18


Que quiera una dama esquiva
lengua muerta y bolsa viva,
bien puede ser;
mas que halle, sin dar puerta,
bolsa viva y lengua muerta,
no puede ser.


19


Que junte un rico avariento
los doblones ciento a ciento,
bien puede ser;
mas que el sucesor gentil
no los gaste mil a mil,
no puede ser.


20

Que se pasee Narciso
con un cuello en paraíso,
bien puede ser;
mas que no sea notorio
que anda el cuerpo en purgatorio,
no puede ser.





Poemas Rafael Alberti





Nació en Puerto de Santamaría (Cádiz, España) el 16 de diciembre del 1902. Su familia de origen italiano se dedicaba al negocio del vino en Cádiz. Tuvo una infancia despreocupada y libre de tutela hasta que es ingresado en el colegio de jesuitas San Luis Gonzaga del Puerto donde recibe una educación estricta y tradicional.A los 15 años se trasladó a Madrid con toda su familia; donde decide seguir su vocación de pintor. Luego abandonó sus estudios para dedicarse a la poesía. Fue premio nacional de literatura en 1924 con su poemario “Marinero en tierra”; también fue premio Cervantes en 1983. Representa, con García Lorca, la lírica Andaluza, aunque se diferencia de éste porque su poesía proviene de Gil Vicente y de los Cancioneros. Perteneciente a la generación del 27.
En 1920 muere su padre. Ante el cuerpo yaciente de su progenitor Rafael escribe sus primeros versos. Nace el Alberti poeta. Una afección pulmonar le obliga a desplazarse a la localidad segoviana de San Rafael, en la sierra de Guadarrama. En el retiro comienza a trabajar los versos que luego formarían "Marinero en tierra", donde expresa su nostalgia por no poder disfrutar del mar de su tierra natal. Cabe distinguir cinco momentos en la lírica albertiana: neopopularismo, gongorismo, surrealismo, poesía política y poesía de la nostalgia. El primer ciclo de su poesía está constituido por Marinero en tierra, donde expresa su nostalgia por no poder disfrutar del mar de su tierra natal. En La amante (1926) refleja sus impresiones por distintos puntos de Castilla (Santo Domingo de Silos. Aranda de Duero, la Ribera del Duero, Burgos...) donde viajó con su hermano, representante de vinos y sus derivados. A esta obra le siguió El alba del alhelí (1927). El poeta se sitúa en la tradición de los Cancioneros, pero desde la posición de un poeta de vanguardia. El 28 de octubre de 1999, a los 97 de edad murió en su casa de El Puerto de Santa María, en su pueblo natal. Sus cenizas fueron esparcidas en el mismo mar de su infancia.










POEMAS



SUEÑO DEL MARINERO

Yo, marinero, en la ribera mía,
posada sobre un cano y dulce río
que da su brazo a un mar de Andalucía,
sueño ser almirante de navío,
para partir el lomo de los mares
al sol ardiente y a la luna fría.
¡Oh los yelos del sur!
¡Oh las polares islas del norte!
¡Blanca primavera,desnuda
y yerta sobre los glaciares,
cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado,
bajo el plumero azul de la palmera!
Mi sueño, por el mar condecorado,
va sobre su bajel, firme, seguro,
de una verde sirena enamorado,
concha del agua allá en su seno oscuro.
¡Arrójame a las ondas, marinero:
-Sirenita del mar, yo te conjuro!
Sal de tu gruta, que adorarte quiero,
sal de tu gruta, virgen sembradora,
a sembrarme en el pecho tu lucero.
Ya está flotando el cuerpo de la aurora
en la bandeja azul del océano
y la cara del cielo se colora
de carmín. Deja el vidrio de tu mano
disuelto en la alba urna de mi frente,
alga de nácar, cantadora en vano
bajo el vergel azul de la corriente.
¡Gélidos desposorios submarinos,
con el ángel barquero del relente
y la luna del agua por padrinos!
El mar, la tierra, el aire, mi sirena,
surcaré atado a las cabellos finos
y verdes de tu álgida melena.
Mis gallardetes blancos enarbola,
¡Oh marinero!, ante la aurora llena
¡y ruede por el mar tu caracola!





SOLA

La que ayer fue mi querida
va sola entre los cantuesos.
Tras ella, una mariposa
y un saltamonte guerrero.
Tres veredas:
Mi querida, la del centro.
La mariposa, la izquierda.
Y el saltamonte guerrero,
saltando, por la derecha.




LA NIÑA QUE SE VA AL MAR

¡Qué blanca lleva la falda
la niña que se va al mar!
¡Ay niña, no te la manche
la tinta del calamar!
¡Qué blancas tus manos, niña,
que te vas sin suspirar!
¡Ay niña, no te las manche
la tinta del calamar!
¡Qué blanco tu corazón
y qué blanco tu mirar!
¡Ay niña, no te los manche
la tinta del calamar!





DIME QUE SI


Dime que sí,
compañera,
marinera,
dime que sí.
Dime que he de ver la mar,
que en la mar he de quererte.
Compañera,dime que sí.
Dime que he de ver el viento,
que en el viento he de quererte.
Marinera,
dime que sí.
Dime que sí,
compañera,
dime,
dime que sí.




NOCTURNO


Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven son palabras.
Balas, balas.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas,
qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Balas, balas.
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar que no puede por imposible, y calla.
Balas, balas.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.



EL FAROLERO Y SU NOVIA

—Bien puedes amarme aquí,
que la luna yo encendí,
tú, por ti, sí, tú, por ti.
—Sí, por mí. —
Bien puedes besarme aquí,
faro, farol farolera,
la más álgida que vi.
—Bueno, sí. —
Bien puedes matarme aquí,
gélida novia lunera del faro farolerí.
—Ten. ¿Te di?



EL TONTO DE RAFAEL
(Autorretrato burlesco)


Por las calles, ¿quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo, sin plumas,
digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica, y al vuelo todos le pican a él.
¿Quién aquél? ¡El tonto de Rafael!
Tan campante, sin carrera,
no imperial, sí tomatero,
grillo tomatero, pero sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
¿Quién aquél? ¡El tonto de Rafael!
Tontaina tonto del higo,
rodando por las esquinas bolas,
bolindres, pamplinas y pimientos que no digo.
Mas nunca falta un amigo que le mendigue un clavel.
¿Quién aquél? ¡El tonto de Rafael!
Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente en la berlina
inconsciente de San Jinojito el lila.
¿Qué runrún, qué retahíla sube el cretino eco fiel?
¡Oh, oh, pero si es aquél el tonto de Rafael!



LA PALOMA


Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.
Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.
(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.)




PIRATA


Pirata de mar y cielo,
si no fui ya, lo seré.
Si no robé la aurora de los mares,
si no la robé, ya la robaré.
Pirata de cielo y mar,
sobre un cazatorpederos,
con seis fuertes marineros,
alternos, de tres en tres.
Si no robé la aurora de los cielos,
si no la robé, ya la robaré.





SI GARCILASO VOLVIERA

Si Garcilaso volviera,
yo sería su escudero;
que buen caballero era.
Mi traje de marinero
se trocaría en guerrera
ante el brillar de su acero;
que buen caballero era.
¡Qué dulce oírle, guerrero,
al borde de su estribera!
En la mano, mi sombrero;
que buen caballero era.




sábado, 26 de junio de 2010

Poemas Pablo Neruda





Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, bajo el seudónimo de Pablo Neruda, nació en Parral (Chile) el 12 de julio del 1904. Huérfano de madre desde muy pequeño, su infancia transcurrió en Temuco donde realizó sus primeros estudios. Escritor, diplomático y político, además de premio Nobel que ganó en el 1971. Su poesía evolucionó hasta llegar a una especie de compromiso cósmico con el sufrimiento y la injusticia, sin renunciar a ello al delicado canto del amor:

"Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana ..."

Entre sus obras más destacadas se encuentran; Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Crepusculario, Canto General, Memorial de isla negra y Confieso.

En febrero de 1973, por razones de salud, renuncia a su cargo de embajador de Chile en Francia. El 19 de septiembre, al agravarse su salud, es trasladado de urgencia desde su casa de Isla Negra a Santiago. Finalmente, el 23 de septiembre, Pablo Neruda muere a las 22.30 en la Clínica Santa María de Santiago debido a un cáncer de próstata.







ANTOLOGIA POETICA





PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE…


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."


El viento de la noche gira en el cielo y canta.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.


En las noches como esta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.


Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.


Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.


Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.


La noche esta estrellada y ella no está conmigo.


Eso es todo. A lo lejos alguien canta.


A lo lejos.Mi alma no se contenta con haberla perdido.


Como para acercarla mi mirada la busca.


Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.


La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.


Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.


Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.


Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.


De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.


Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.


Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.


Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.


Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,


mi alma no se contenta con haberla perdido.


Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,


y estos sean los últimos versos que yo le escribo.




AMOR




Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte


la leche de los senos como de un manantial,


por mirarte y sentirte a mi lado, y tenerte


en la risa de oro y la voz de cristal.


Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos


y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,


porque tu ser pasara sin pena al lado mío


y saliera en la estrofa --limpio de todo mal--.


¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría


amarte, amarte como nadie supo jamás!


Morir y todavíaamarte más. Y todavía


amarte más.





DESNUDA




Desnuda eres tan simple como una de tus manos:

lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.

Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.

Desnuda eres azul como la noche en Cuba:

tienes enredaderas y estrellas en el pelo.

Desnuda eres redonda y amarilla

como el verano en una iglesia de oro.

Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:

curva, sutil, rosada hasta que nace el día

y te metes en el subterráneo del mundo

como en un largo túnel de trajes y trabajos:

tu claridad se apaga, se viste, se deshoja

y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.




ERA MI CORAZÓN UN ALA VIVA Y TURBIA....



Era mi corazón un ala viva y turbia...

un ala pavorosa llena de luz y anhelo.

Era la primavera sobre los campos verdes.

Azul era la altura y era esmeralda el suelo.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera.

Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.

Ella -la que me amaba- cerro sus ojos... tarde.

Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.

Ella -la que me amaba- se murió en primavera...

y se llevó la primavera al cielo.





FINAL




Matilde, años o días

dormidos, afiebrados,

aquí o allá,

clavando,rompiendo el espinazo,

sangrando sangre verdadera,

despertando tal vezo perdido,

dormido:camas clínicas,

ventanas extranjeras,

vestidos blancos de las sigilosas,

la torpeza en los pies.

Luego estos viajes

y el mío mar de nuevo:

tu cabeza en la cabecera,

tus manos voladoras

en la luz, en mi luz,sobre mi tierra.

Fue tan bello vivircuando vivías!

El mundo es más azul y más terrestre

de noche, cuando duermo

enorme, adentro de tus breves manos.





LAMENTO LENTO



En la noche del corazón

la gota de tu nombre lento

en silencio circula y cae

y rompe y desarrolla su agua.

Algo quiere su leve daño

y su estima infinita y corta,

como el paso de un ser perdido

de pronto oído.

De pronto, de pronto escuchado

y repartido en el corazón

con triste insistencia y aumento

como un sueño frío de otoño.

La espesa rueda de la tierra

su llanta húmeda de olvido

hace rodar, cortando el tiempo

en mitades inaccesibles.

Sus copas duras cubren tu alma

derramada en la tierra fría

con sus pobres chispas azules

volando en la voz de la lluvia.




Poema 10... HEMOS PERDIDO AÚN ESTE CREPÚSCULO...



Hemos perdido aún este crepúsculo.

Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas

mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana la fiesta

del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda se encendía

un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada

de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?

Entre qué gentes? Diciendo qué palabras?

Por qué se me vendrá todo el amor

de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma

en el crepúsculo, y como un perro herido

rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes

hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.




Poema 12... PARA MI CORAZÓN BASTA TU PECHO...



Para mi corazón basta tu pecho,

para tu libertad bastan mis alas.

Desde mi boca llegará hasta el cielo

lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.

Llegas como el rocío a las corolas.

Socavas el horizonte con tu ausencia.

Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento

como los pinos y como los mástiles.

Como ellos eres alta y taciturna.

Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.

Te pueblan ecos y voces nostálgicas.

Yo desperté y a veces emigran

y huyen pájaros que dormían en tu alma.



Poema 15... ME GUSTA CUANDO CALLAS PORQUE ESTÁS COMO AUSENTE...



Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía;

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.




miércoles, 23 de junio de 2010

Poemas Concha Méndez





Poeta madrileña, nacida el 27 de julio del 1898, se educó en un colegio francés cuya influencia se observó en sus primeros versos, perteneciente a la generación del 27. Fue novia de Luis Buñuel durante cinco años. Liberal y apasionada por la aventura, campeona de natación y gimnasta, publica su primer libro “Inquietudes”, en el 1926, entrañable amiga de Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, etc. Fue poseedora de una poesía contenida en su expresión, más de una impresionante soltura rítmica que le confiere a su aliento poético una cualidad de transparencia que engaña tras una primera lectura. Poeta ágil para esconder tras la enunciación pura, profundas críticas a la condición humana signada por el cinismo y el sarcasmo. En 1933 se traslada a Londres junto a su esposo el también poeta; Manuel Altolaguirre, donde fundan la revista hispano-inglesa 1616; sin embargo, el proyecto editorial en el que participará y será clave para la poesía española será la revista Caballo Verde para la Poesía, dirigida por Pablo Neruda. Más adelante, en 1936, los poetas fundan la colección poética Héroe, que publicará obras de Luis Cernuda, García Lorca, Emilio Prados y Miguel Hernández, entre otros. Escribe además unos libros poéticos ya libres de experiencias vanguardistas, Vida a vida, Niño y sombras y Lluvias enlazadas. Durante la Guerra Civil colabora con distintos poemas en Hora de España y residió en Inglaterra, Francia y Bélgica. Se exilian tras la Guerra Civil a Paris, donde les recibe Paul Éluard. Publica en Hora de España su prólogo de El Solitario, drama poético en tres actos. En 1939 abandona París rumbo a améria y con su marido viaja a La Habana (Cuba), donde establecieron otra imprenta llamada igualmente "La Verónica" y una colección poética que llaman "El ciervo herido", entre 1939 y 1943. De 1944 a 1979, dejó de publicar, aunque en el año 1976 se editó una Antología poética. En 1979 aparece su último libro Vida o río. En 1944 pasan ambos a México, publica Villancicos de Navidad y Sombras y sueños, se divorcia de Altolaguirre, ya que este la abandonó por la cubana María Luisa Gómez Mena, junto a la que moriría en 1959 en España en accidente de automóvil, cuando volvían del festival de cine de San Sebastián de 1959. Concha Méndez Cuesta muere en México en diciembre del año 1986.





ANTOLOGÍA POÉTICA



ANCHO ES EL MAR…

Ancho es el mar;

él ha de separamos...

Ancho es el mar;

él ha de separamos;

quedarán nuestras almas enlazadas.

Como un último retrato,

en nuestros ojos impresas

lucirán nuestras miradas.

El barco en que he de ir

está en el puerto;

a éste seguirá otro en que tú vayas.

Te esperarán mis brazos,

no se en dónde...

tal vez en algún puerto...

en una playa..!




VEN A MÍ QUE VAS HERIDO…

Ven a mí que vas herido

que en este lecho de sueños

podrás descansar conmigo.

Ven, que ya es la media noche

y no hay reloj del olvido

que sus campanadas vierta

en mi pecho dolorido.



ME LEVANTÉ HASTA EL SUEÑO. EN BUSCA IBA…

Me levanté hasta el sueño.

En busca iba de no sentir

la herida que abrasaba.

Las duras flechas del dolor hicieron

brotar en mí el clavel de nueva llaga.

Corriendo al par carrera con el viento

y perseguida por amante llama,

la vida es ciervo herido sin remedio,

que las flechas le dan veneno y alas.



NI ME ENTIENDO NI ME ENTIENDEN...


Ni me entiendo ni me entienden;

ni me sirve alma ni sangre;

lo que veo con mis ojos

no lo quiero para nadie.

Todo es extraño a mí misma,

hasta la luz, hasta el aire,

porque ni acierto a mirarla;

ni sé cómo respirarle.

Y si miro hacia la sombra

donde la luz se deshace,

temo también deshacerme

y entre la sombra quedarme

confundida para siempre

en ese misterio grande.




LOS BRAZOS QUE TE HAN LLEVADO…



Los brazos que te han llevado,

no te dejan escapar

para volver a mi lado.

Nos separa un ancho mar

de difíciles tormentas,

y náufrago has de llegar,

si es que vuelves a mi puerta,

para quererte salvar.

Brazos que te sujetaron

para alejarte de mí,

¡a mí sí que me salvaron!...

Cuando ya no sepa de ti

¡qué bien estaré en la vida!,

cuando ya no sepa de ti.

Cuando no vuelvas a verme

y mis horas sean mías

y yo vuelva a ser quien era

lejos de tu compañía:

Cuando no te vean mis ojos,

¡qué bien me sabrá la vida!

No faltará quien se alegre...

Unos, porque no me quieran,

y alguna porque me quiere...

Tan sola no me has dejado,

que estoy conmigo y me basta

-igual que siempre lo he estado...



ERAN VERDES COMO UN MAR…



Eran verdes como un mar,

con reflejos de alto cielo.

-¡Qué bien sabían mirar!-

unos ojos que recuerdo.

En la penumbra lucían

con una luz de misterio,

como dos claros abismos

abiertos a mil deseos.

Muchas horas tuve cerca

los ojos verdes aquellos,

que implorantes me miraban

¡y yo hacia por no verlos!

Y hoy que mirarlos quisiera,

están tan lejos..., ¡tan lejos!




EN UNA TARDE, COMO TANTAS TARDES…


En una tarde, como tantas tardes,

y en un gran parque de ciudad lejana,

para evadirse del rumor ajeno

conmigo misma paseando estaba.

Era el frescor intenso, se veían

sobre los verdes las señales de agua,

agua primaveral que da a la tierra

cierta sensualidad que nos exalta.

En un remanso del florido parque,

junto a un banco de piedra verde y blanca,

un gran rosal lucía en la penumbra

-la tarde ese momento declinaba-.

Me senté a reposar y ancho perfume

sentí que en mis sentidos se adentraba.

Y se me vino al alma extraña angustia.

El ala de un recuerdo aleteaba…

¡Ah, sí, ya. sé!…

¡Perfume de unas rosas!…

¡Otro país!…

¡El mío!…

¡Ya llegaba a comprender por qué!…

¡Era en sus brazos

donde un perfume igual yo respiraba!





UNO DE ESOS INSTANTES…

..."Desde el umbral de un sueño me llamaron"...
A. MACHADO
Uno de esos instantes que se vive
no se sabe en qué mundo,
ni en qué tiempo
que no se siente el alma y que apena
se siente el existir de nuestro cuerpo
mi corazón oyó que lo llamaba
desde el umbral en niebla de algún sueño
Para decirme su mensaje extraño,
aquella voz venía de tan lejos,
que más que voz de sueño parecían
en su misterio gris, sombra de un eco.
Sentada estaba yo en aquel instante
en un muelle sillón de terciopelo.
Mis brazos se apoyaban en sus brazos
-¡qué desmayados los sentía luego!-
Después, atravesando los cristales
de un gran balcón que daba al ancho cielo,
una sombra vi entrar.
Tal vez la tardeal irse,
entraba a verme... Yo eso creo...





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