Esa estrella que te acompaña en tu vagar por la vida,
testigo silente de cada pena y cada herida.
En el cielo, su luz titila con esperanza,
como un faro que guía, una dulce bonanza.
Bajo su resplandor, se tejen sueños dorados,
en la danza del tiempo, entre hilos delicados.
Sus destellos, como versos en el universo,
tejen historias de amor en cada verso.
Noche tras noche, en el manto estrellado,
tu historia se escribe, un relato entrelazado.
Cada estrella, un recuerdo, un susurro en la brisa,
pintando con magia tu ruta indeleble y precisa.
En el lienzo del cielo, tu vida se revela,
una sinfonía eterna, una melodía que destila.
Y así, entre susurros de la noche serena,
la estrella eterna en tu alma resuena.
Que su luz sea faro en tus noches oscuras,
guiando tus pasos con dulce ternura.
Que cada rima, como un suspiro en el viento,
te lleve a lugares donde late el sentimiento.
Esa estrella que te acompaña a vagar por la vida,
se refleje la esperanza, el amor y un lazo muy hermoso.
Sus destellos narran historias de alegría compartida,
un universo de emociones que en tu corazón reposa con alegría.
(Este poema surgió a raíz de un comentario en este espacio, dedicado de todo corazón a la persona que me lo inspiró).