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Arnaldo Calveyra (1929-2015) |
Arnaldo Calveyra, nace en Entre Ríos-Argentina en el año 1929, y muere recientemente en París el 15 de enero del 2015. Novelista, dramaturgo y poeta. Estudió filosofía en la Universidad de la Plata, obtuvo una beca que le llevó a París en 1960, donde conoció y trabajó con; Cristina Campos, Laure Bataillon, Alejandra Pizarnik, Julio Cortaza, Peter Brook el cual, le publicó sus obras en la editorial Actes-Sud.
Considerado uno de los poetas más originales en lengua española, nunca renunció a su idioma que mantuvo en sus escritos, así como su pueblo natal Entre Ríos donde nombra en muchas de sus obras, su humildad y sencillez le caracterizo a lo largo de su vida. Entre sus publicaciones destacan; 1959 “Cartas para que la alegría”, 1969 “Moctezuma”, 1985 “Iguana”, 1988 “Los bares”, 1990 “La cama de Aurelia”, 1997 “El hombre del Luxemburgo”, 2000 “Si la Argentina fuera una novela”, 2001 “Libro de las mariposas”, 2008 “Poesía reunida”, 2010 “El caballo blanco de Mozart”, 2011 “La lluvia de sobretecho”, entre otras obras.
Reconocimientos; Caballero de la Ordre des Arts et des Lettres (1986) Officier des Arts et des Lettres (1992)
Commandeur de l'Ordre des Arts et des Lettres (1999), entre otros.
POEMAS
CAMINABA EL HOMBRE
Caminaba el hombre
llevado por su estrella,
no diferente al yuyo
que al agacharse
toca con la mano
hombre
atendido por su estrella,
forma dulce de tierra
por cuestas de retama
de loma en loma
hablado por los pájaros
herido por cinco pies de
tierra
como las nubes errantes
busca arroyos
donde aliviarse,
reflejarse
y la vara de nardo
de la luz
que lo conversa
brillante de verde
de hondonada
olías a
lentamente tierra,
la tierra curva
de Entre Ríos
llegada de su noche
una lumbre siempre pronta
que lo entibia
el hombre, el doble de su estrella
atraído por su sol
¿dónde los cinco pies
de tierra
que lo exaltan
en la voz de la calandria?
creencia dulce de senderos.
COSTUMBRES DE CASA
La primera estrella
traspasa la ventana
y descansa del viaje
en el centro de mesa.
jarra fresquita
olorosa a primavera,
ropero
de La pieza de al lado,
un traje persiste
en el olor de la muerta,
silla que mira al campo.
Colonias de malvones
golpean a las puertas.
Si Virgilio viviera
diría
lo rosadas que parecen esas nubes.
El alma ya pronta
a la muerte por sueño.
Te llevaré la mañana temprano
en un vaso de agua.
DESCRIPCIÓN DE UN ÁNGEL
Despertada, la figura emerge del muro.
Impulso que ya es envión.
No demasiado alto,
los pies trabados por ladrillo,
no terminan de mostrarse,
permiten adivinar la consistencia
terrosa de los vuelos.
Alas y muro,
esa persistencia fugaz crepita ante mí
y en una víspera.
No ha de tardar la irrupción fascinante
y decepcionante.